CONGOJA
No concilio el sueño, el insomnio se ha hecho mi amigo, suele visitarme más seguido y el dolor intermitente suele acomodarse en la estancia de mis sienes, las lágrimas riegan mi rostro....este es mi rol de vida desde tu partida, un ir y venir de risas disfrazadas que sólo acentúan mi pena, quien se atreva a escudriñar mi mirada me descubriría...mis ojos ya no destellan esa luz de regocijo al sentirse amados, si fueran flores estarían marchitos, faltos de los besos cual agua fortificante que pasaban por mis párpados, mi voz se extingue...se pierde entre palabras seculares, tan llenas de formalidades y otras superficiales, no se atreven a enlazar letras que formen palabras no deseadas, gastadas y proliferar ese resentimiento que hoy me embarga, que amargura...diría un amigo: por cuál vena comenzarás?, más aún en esa ironía esta figura es latente, la imagen de mi en un cuadro dantesco tal vez. Mis oídos no escuchan, no entienden razones, resuena en ellos el eco de tu voz lejana, replica el timbre grave de esas frases tan tuyas que alegraban mi existencia; hasta mis manos se niegan a olvidarte, a ignorar el tacto de tu piel que aun me circunda. Mi corazón? ese apenas late... sigue caminando con menos ímpetu cada día, la razón no le hace comprender que debe continuar su marcha, lo altera en el intento de quererlo impulsar a la aventura de su existencia, aventura? acaso hay más que descubrir? arrastro los recuerdos...en el andar se me riegan dispuestos a quedarse esparcidos, enclavados en mi ser, donde mi transpiración no los puede expulsar, sólo me laceran. Why I can´t forget? en español, en inglés, esta frase me persigue, esa voz interna me acosa, deseo asimilar esta ausencia, volver a dormir y despertar a la realidad de un sueño jamás conseguido, jamás buscado, la recompensa divina al sufrimiento que me ha causado amarte.
Ruth Martínez Meráz.***