20.1.22

SIN RESPUESTAS





De una a tres se mudan las palabras en mi teclado, tu nombre abandona cada día mis manos, se desfigura tu rostro en mi memoria, es silencio que duele, rasga mis labios, se deshojan tus recuerdos, aquellas pláticas de primavera que se prolongaban en el verano; de una a tres es una niebla en mis ojos, se esfuma el canto de los ruiseñores en mi ventana, se abandonan a tu olvido, tu voz es un fantasma en nuestras cartas, se atropellan las letras, confundidas entre oraciones incongruentes. De una a tres se vuelve martirio el tic tac de los relojes, antes eufóricos por nuestro encuentro, invernan los pensamientos, se apropia de mi corazón el deseo de olvidarte. De una a tres sigue su curso mi vida.