13.3.19

Soliloquio




Hallé entre el camino una vereda, avancé sin dudar guiada por el aroma de paz que fluía en el viento, en los árboles revoloteaban algunos pájaros, entonaban nuestros nombres, ignoré el invierno que vestía de blanco mi mirada, sólo me asombró la luz que me rodeaba. Pude disfrutar el sonido de las hojas cayendo, murmuraban un verso que continuaba a otro conforme avanzaban mis pasos, se iba construyendo un poema. Llegué a la cima de un mirador, me envolvió una voz -la tuya- era una puesta de sol perfecta, seguías ausente y a la vez en mi interior. Conversé contigo largo tiempo - corto para mí que siempre me resistía a tu partida - hablamos un sin fin de temas, de cómo nuestro destino se había trazado por las estrellas; reímos de tonterías, éramos un solo monólogo, completábamos las frases uno del otro. De pronto, me cegó algún rayo no le ví venir, caí sin sentido, no supe más de mí. Abrí por fin mis grandes ojos, nunca estuviste aquí, es tu ausencia en mi pecho, la ignorancia de vivir sin tí.

@Ruth Martínez Meráz ***
Marzo 13, 2019