Su boca
escupe razones
en el corazón
se guarda sentimientos,
las palabras no convergen
de doble cara se ha vuelto.
Trasfondo un individuo
se intimida,
la inseguridad a flor de piel
se tienta,
fatuidad irradia el rostro
la soledad su consejera,
lastimoso el destino
de quien acallado le espera,
banalidad de su persona
de falsas filantropías
se adorna,
sin prejuzgar me anticipo
de qué valdrá
si miserable se queda.
Sin amarse uno mismo
nada sirve
dar la vida al prójimo,
sin alimentar el propio espíritu
de qué ha de nutrir su existencia,
valores ausentes
desprovistos de amor
sin condición,
si ese sentir
va más allá del bien
o del mal,
o del mal,
por qué pregonar
incondicionalidad,
cuando se viste
de soberbia.
de soberbia.
RMM ***
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