JULIA GUADALUPE DE LA PEÑA DE BALLESTEROS
Enero 9 de 1855 – Febrero 27 de 1928
Pasé disertando conmigo misma cuál Escritora Tamaulipeca escogería para elaborar mi ensayo, desde que tuve conocimiento sobre este III Encuentro Literario del cual me considero parte, y al cual no pude asistir por razones de compromisos familiares que tienen prioridad, lo que no me ha impedido sentir la inquietud que robaba a mi cuerpo el conciliar el sueño por varias noches; no sujeta a la lista que nos proveyeran, y con el afán de no dejar fuera alguna Escritora que no sólo tuviese cierta relevancia en nuestro Estado, sino que, por alguna razón haya visto la luz desde sus primeros años en mi Ciudad de origen, fue entonces que me di a la tarea de investigar, en todo cuanto me fue posible. Nuestra Heroica Matamoros, cuna de muchos otros talentos, donde han surgido escritores, cantantes, intérpretes, autores de ciertas canciones famosas y otras no tan memorables, el corrido, las artes plásticas, etc., vió nacer un 9 de Enero de 1855 a la Escritora JULIA GUADALUPE DE LA PEÑA DE BALLESTEROS, hija de José Fernando de la Peña y Rafaela Hinojosa, de origen modesto, desde pequeña demostró su inquietud literaria, tan es así, que a los 13 años de edad ya formaba parte de diversos centros culturales; fue objeto de admiración por parte de la comunidad de su época, y contó con el apoyo económico del Municipio para contribuir a su educación escolar, a instancia también de personas de renombre de aquellos años, que daban cuenta de la facilidad que ésta tenía para escribir poemas y textos literarios; lo anterior con la visión de ver proyectado el nombre de nuestra Ciudad, dando realce a su cultura literaria.
Cito fuente: Nuevo Diccionario Biográfico de la Heroica Matamoros, Semblanza de Don Emiliano Sáenz de los Reyes
Sitio Web: http://soctamdehistoria.org
Pero hablar de Julia G. de la Peña de Ballesteros, es más que comentar sobre su trayectoria, la cual fue prolífica en su momento en nuestra Ciudad y fuera de esta Entidad Federativa, ya que, si viramos la vista hacia aquel tiempo, el papel de la mujer estaba estrictamente estereotipado, encaminado a las costumbres y tradiciones de la Sociedad Porfirista, donde si la mujer pertenecía a la clase baja, se le negaba la educación, a temprana edad, se le explotaba económicamente, ya sea, por las labores propias del hogar, y fuera de éste, o sirviendo de nana o doméstica en las casas de personas de alcurnia, a lo que sólo podía aspirar; y si fuese de noble cuna, se le educaba sólo en cuanto a formarle una fuerte fe religiosa, y todo lo que se consideraba actividad propia de la mujer para formar una familia, con un hombre estimado como “buen partido”, que previamente pudiesen escoger los padres. Sin embargo, Julia G. de la Peña de Ballesteros, supo aprovechar cada una de las oportunidades que se le brindaron, aprendiendo a relacionarse con los personajes indicados de esos tiempos. Para el año 1874, cuando tenía 19 años, ya escribía en los periódicos locales “El Progreso y El Cronista”, donde se publicaban sus poesías, algunas de ellas tituladas “La Vida”, “Ven”, “El Sol sin Ocaso”, entre otras; hasta lograr publicar sus poesías en otro diario del Estado llamado “El Socialista” y “Correo de Mier”, así como en la Capital del País en el diario “El Porvenir”, figurando junto algunos de los escritores más reconocidos de México. Se conoce que el poeta tamaulipeco Don Juan B. Tijerina, le dedicó la poesía de su autoría “A una Rosa”.
Imagino a Julia G. de la Peña, una mujer rebelde, recia en sus convicciones, de una determinación un tanto varonil, y no por falta de femineidad, al contrario, por su valor para enfrentar las reglas sociales impuestas a la mujer en estos años, testigo no mudo de los hechos acontecidos durante la Reforma Juarista y el Porfiriato, lo cual, tal vez la inspiró para crear textos patrióticos también. Ajena a las críticas sociales adversas a sus acciones, por el hecho de contravenir a las normas establecidas por el simple hecho de ser mujer; y no por ello, desistir de la compañía masculina, ya que contrajo nupcias con el capitán del Estado Mayor Manuel Ballesteros, de ahí que adquiriera el nombre con que hoy se le conoce; y debido a la necesidad propia del hogar formado con éste, trasladó su residencia a la ciudad de Montemorelos, Nuevo León, donde con el apoyo de su esposo, continuó con su carrera literaria, pues fue de las escritoras pioneras, que dejaran publicar textos literarios, en un periódico de esta Ciudad, alrededor del año 1889.
Cito fuente: Visión Histórica de la Frontera Norte de México
Autor: David Piñera Ramírez. Primera Edición 1987
Centro de Investigación Histórica de la UNAM-UABC
El Mexicano, Editorial Kino, S.A. de C.V.
Con ello, damos cuenta que, el papel de la mujer tamaulipeca, en especial, orgullosamente Matamorense, Julia Guadalupe de la Peña de Ballesteros, ha sido motivo tanto para dar realce al fruto de talentos que ha proveído nuestra Ciudad al País, como para confirmar que, el rol de la mujer ha sido determinante a través de los años en nuestra República, la mujer se ha permitido romper silencios, esquemas banales mal encaminados, que solo han retardado la óptima participación de la mujer en la sociedad; no obstante, tenemos en esta escritora, un vivo ejemplo de carácter, determinación y convicción, para hacer la diferencia en el papel desempeñado por la mujer con el paso del tiempo, haciendo frente a cuantas situaciones adversas se le hayan presentado, y que obviamente podemos imaginar, considerando la historia de México.
Julia G. de la Peña de Ballesteros falleció a los 70 años en la Ciudad de México; y me place recurrir a cuantas imágenes acuden en este momento a mi mente: veo una mujer entregada a sus principios, con un talento artístico innato, de naturaleza imponente, sin tapujos para escribir cuanto le venía en gana, entre piadosa y rebelde, gozando del apoyo de su esposo en su carrera literaria, quien indiscutiblemente pudo haber sido fuente de su inspiración, o quien en su momento, le haya alentado a terminar un texto literario cuando se llegara a sentir desprovista de palabras, o por qué no, tal vez le haya abierto puertas para dar a conocer su trabajo poético.
Fue publicada también en la Antología Poética “El Parnaso Mexicano” de Vicente Riva Palacio, cuyos ejemplares aparecieron quincenalmente a partir del 15 de Mayo de 1885, donde este reconocido poeta, novelista y dramaturgo, tiene por objeto, dar el reconocimiento que a su parecer, merecen aquellos escritores que se han esforzado por levantar las letras de México, por lo que literalmente cito un fragmento de sus palabras plasmadas en uno de sus textos llamado “Los Ceros” que a la letra dice:
“….Hoy, cansado del mundo y harto de desengaños, me da la gana de alabar a los que se merecen; a aquellos de quienes nada espero ni nada temo, y con los que la sociedad es injusta mirándolos con indiferencia.”
Cito fuente: Parnaso Mexicano Primera Serie I. Tomo XII. UNAM 2006.
Vicente Riva Palacio
De lo anterior pienso, si grandes escritores como Riva Palacio han tenido a bien en reconocer el trabajo literario de sus contemporáneos, como el de Julia G. de la Peña de Ballesteros, ¿por qué no hacerlo ahora?, es menester reconocer el papel de la escritora tamaulipeca, tanto de antaño, como toda aquella que va surgiendo forjando la historia literaria de nuestra Entidad, todas forman parte de nuestro crecimiento, cada una, con su aportación creativa, llena una necesidad en nuestra persona, educa a nuestras generaciones, nos permite valorar el desempeño protagónico de la mujer Tamaulipeca en cada uno de sus ámbitos, ya sea familiar, laboral, educativo, religioso, artístico, deportivo y creativo; Julia G. de la Peña de Ballesteros, tuvo una visión amplia de su rol en la sociedad que le rodeaba, se empeñó en ello, desafió tal vez a su propia familia, quienes después a la largo pudieron concluir que, todo ello había valido la pena, dando pie para un cambio benéfico en su comunidad, nuestra Ciudad.
Cierro con un fragmento de su poema titulado LA NIÑEZ, publicado en una de las Antologías antes citada:
LA NIÑEZ
“…Quieren crecer, mirar otro horizonte
bañado en el fulgor de su esperanza,
Y al crecer, sólo ven en lontananza,
La niebla condensada del dolor.
Sólo existe un placer, ¡Ojalá y nunca
pasare cual relámpago fugace!
Principia ese placer cuando uno nace
y acaba cuando empieza la razón…..”
Julia Guadalupe de la Peña de Ballesteros, una mujer y escritora Tamaulipeca para recordar.
Ruth Martínez Meráz.
Fue publicada también en la Antología Poética “El Parnaso Mexicano” de Vicente Riva Palacio, cuyos ejemplares aparecieron quincenalmente a partir del 15 de Mayo de 1885, donde este reconocido poeta, novelista y dramaturgo, tiene por objeto, dar el reconocimiento que a su parecer, merecen aquellos escritores que se han esforzado por levantar las letras de México, por lo que literalmente cito un fragmento de sus palabras plasmadas en uno de sus textos llamado “Los Ceros” que a la letra dice:
“….Hoy, cansado del mundo y harto de desengaños, me da la gana de alabar a los que se merecen; a aquellos de quienes nada espero ni nada temo, y con los que la sociedad es injusta mirándolos con indiferencia.”
Cito fuente: Parnaso Mexicano Primera Serie I. Tomo XII. UNAM 2006.
Vicente Riva Palacio
De lo anterior pienso, si grandes escritores como Riva Palacio han tenido a bien en reconocer el trabajo literario de sus contemporáneos, como el de Julia G. de la Peña de Ballesteros, ¿por qué no hacerlo ahora?, es menester reconocer el papel de la escritora tamaulipeca, tanto de antaño, como toda aquella que va surgiendo forjando la historia literaria de nuestra Entidad, todas forman parte de nuestro crecimiento, cada una, con su aportación creativa, llena una necesidad en nuestra persona, educa a nuestras generaciones, nos permite valorar el desempeño protagónico de la mujer Tamaulipeca en cada uno de sus ámbitos, ya sea familiar, laboral, educativo, religioso, artístico, deportivo y creativo; Julia G. de la Peña de Ballesteros, tuvo una visión amplia de su rol en la sociedad que le rodeaba, se empeñó en ello, desafió tal vez a su propia familia, quienes después a la largo pudieron concluir que, todo ello había valido la pena, dando pie para un cambio benéfico en su comunidad, nuestra Ciudad.
Cierro con un fragmento de su poema titulado LA NIÑEZ, publicado en una de las Antologías antes citada:
LA NIÑEZ
“…Quieren crecer, mirar otro horizonte
bañado en el fulgor de su esperanza,
Y al crecer, sólo ven en lontananza,
La niebla condensada del dolor.
Sólo existe un placer, ¡Ojalá y nunca
pasare cual relámpago fugace!
Principia ese placer cuando uno nace
y acaba cuando empieza la razón…..”
Julia Guadalupe de la Peña de Ballesteros, una mujer y escritora Tamaulipeca para recordar.
Ruth Martínez Meráz.
Gracias Ruth por la semblanza de la poeta Julia G. de la Peña,
ResponderEliminarun cordial saludo de Roberto Sánchez, quien elabora una Antología de Poetas Mexicanas 1900-1925
Gracias por pasar a leer mi humilde trabajo, consideré necesario reconocer el trabajo literario de escritoras mexicanas, en especial esta ocasión Tamaulipecas, cómo Julia G. de la Peña orgullosamente matamorense, mi ciudad natal. Saludos cordiales Roberto Sánchez.
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