I
Hoy me vestí de fuego,
dejé que el encanto
de las sirenas me sedujeran
perdí la virginidad
de mis labios jamás besados,
jamás tentados.
II
Hoy decidí ahogarme
en tu lujuria,
permití la pasión
antes prohíbida,
lavas de placer
corrieron entre
mis tierras
magmas lascivos
enloquecieron mis instintos.
III
Hoy sucumbí a tu embrujo
caí rendida
a tu conquista,
en la posesión enajenada
de dos vueltos un todo,
y la exquisita prueba
del manjar que me provees.
IV
Hoy dormiré húmeda
explayada entre el confort
de quién colmado queda.
Hoy esperaré ansiosa
del alba al ocaso pronto arribe,
sentir la erupción
de tu llamas
sobre mis pliegues.
RMM ***
Un erotismo aplastante. Bien, Ruth.
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