8.7.13

El disgusto de Tita


"Es cierto", lo dijiste anoche, Horacio; no hay verdad tan cuestionable como la que se dice bajo el influjo de unas copas de más. Horacio, sólo acertaba tomar su taza de café bien caliente y cargado, mientras la letanía de argumentos acusatorios de su novia seguían, cuándo pararía? -pensaba-, tanta importancia le daba al hecho de una conversación trivial para él entre amigos, la noche anterior sobre lo que resultaba la importancia del físico de una mujer; Tita por favor, sólo fue un tema para entretenernos, réstale importancia -dijo Horacio con cierta desesperación-. Si, como no chiquito! ahora nada más falta que quieras meterme al zumba, como si tuviera tanto tiempo para ello -seguía Tita en sus alegatos-, ya estaba por retirarse al trabajo, tomó las llaves de su carro, se condujo a la puerta, entre abriéndola, dijo: Cenaremos juntos más tarde?; Claro amor, te marco al celular por si falta algo, o si prefieres que cenemos fuera de casa - contestó paciente Horacio-, solo se escuchó un portazo. Era principio de semana, mala idea del convivio de la noche anterior, en pleno domingo, de por sí ya era difícil comenzar el lunes un día laboral, sumándole la desvelada, Horacio llegó somnoliento a su oficina de publicidad, entró a su privado, se sentó en su sillón, encendiendo a la vez su ordenador para revisar la agenda del día, le esperaba un arduo día de trabajo. Mientras tanto, Tita, que trabajaba en una maquiladora como gerente de compras, ya estaba en su primer descanso, el almuerzo; era una mujer alta y delgada, pelo corto castaño, de ojos rasgados marrones, tomaba su tercer taza de café americano, recordando la noche anterior, en la reunión, pensaba para sí, "pues qué quieren los hombres de una mujer?", el asunto para Tita era que, ella se sentía extremadamente delgada, no estaba llena de curvas como otras chicas, y si bien, llevaba una buena relación con Horacio, ya casi de cinco años, de una manera libre, pues los dos contaban con sus respectivos departamentos, cuando así lo querían, uno de los dos se quedaba a dormir con el otro, sin presiones de ningún tipo, sin embargo, había algo que le preocupaba, él nunca le había dicho un "Te amo". Llegó la noche, Tita ya había dispuesto pasar al supermercado por algunos enceres para preparar la cena, lo más ligera posible, no acostumbraban a cenar en grande, sólo en fines de semana se daban sus "vacaciones", llegó a su departamento, poniendo manos a la obra, a esperar a Horacio. Eran las ocho en punto, cuando se escuchó el ruido de las llaves sobre la perilla de la puerta, Horacio, aunque un poco fastidiado, entró sonriente avanzando hacia Tita, "hola chiquilla", le plantó un beso en los labios, sin dejarla responder, ya se te pasó el berrinche? -continuó Horacio-; Tita, para Horacio tenía muchas cualidades, pero entre ellas la que más le agradaba, es que los enojos se le pasaban rápido, y eso él lo agradecía en gran manera, pues él era muy temperamental, si hubiese sido igual a él, no hubiera durado mucho su noviazgo. Si amor, ya se me pasó -sonrió Tita-, pero es que...., es que nada, alegó Horacio, qué te preocupa Tita, si somos muy felices; pues es que, tú y los muchachos hablaban sobre cuerpos voluptuosos, bubis grandes, nalgas frondosas...dónde me dejas a mí? -refutó Tita-; Horacio no hizo más que reír, mira chiquita - rodeándola por la cintura la atrajo contra sí - yo te amo como eres, me gusta tu físico, los hombre podemos parlotear una y mil cosas, pero si no me gustaras y no te amara, no estaríamos aquí juntos, el físico se acaba, el amor no, hay, me oí cursi! - dijo besándole las mejillas - ; lo dijiste! - dijo Tita, queriendo agrandar sus ojos, sorprendida- escuché "te amo"; claro que te amo Tita, el amor se demuestra más que con palabras, además de amar tu forma de ser, te soy sincero, tu cuerpo está "manualito" para mí - ya sus manos estaban sobre su trasero-; además, yo no soy un "adonis", o qué, quieres que me ponga todo lleno de músculos, con estómago de tallador?; Tita se carcajeó, todo por fin se había aclarado, y aún mejor, supo el valor de un "te amo", porque venía del hombre que ella más amaba, no necesitaba nada más; esa noche obviamente, fue de lo más placentera.

Ruth Martínez Meráz ***

1 comentario:

  1. Hoola!
    Antes llevaba bombasdecristal.blogspot.com pero Google no quiere devolverme la cuenta!

    AHORA ESTOY EN http://cristalesefimeros.blogspot.com.es/
    Te sigo aquí también, otra vez.
    Besitos!

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