21.6.13

Atrapados

Una sola mirada bastó, nunca llegué a imaginar que sería toda una aventura el conocerle, el tenerle a mi lado, lo contemplé una y otra vez, habría sido suficiente unos cuantos segundos para estrechar un lazo tan especial?, sus ojos castaños oscuros apenas si fijaban la vista en mí, "imagina lo que me provoca?" -pensé- se veía en cierta manera, vulnerable y tan fuerte a la vez, entero, resplandeciente como un sol en mañanas de verano quemando mi piel, y como una corriente de aire frío erizando cada partícula de mi ser - la endeble era yo-. Así surgió un vínculo inseparable, entre voces y silencios, ecos y mudanzas, tiempos y destiempos, un largo camino de sucesos a la par vividos desde aquella primera vez que nuestras miradas se confrontaron, obligándonos a unir nuestras vidas de aquel a este momento, cuando el destino se escribió para los dos, abrazando nuestra existencia para siempre.

Ruth Martínez Meráz ***

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