Entre las piedras
brotan las margaritas
surge una dulce melodía
que secundan los grillos en primavera
Caen del cielo tus pensamientos
llueven tus palabras
humedecen mi piel
hasta empaparme los ojos
Se anida tu voz
en el canto del cenzontle
replican tus versos
con trazos de adolescencia
el tiempo se estanca en un viejo diario
Entre las piedras
que obstruyen el destino
se esconde un arcoiris
una nube se posa en mis noches
envuelve las estrellas
negritud en mi firmamento
Asedian al reloj las horas
mis desvelos susurran tu nombre
jamás amanece en mi casa
para que no escape el eco de tu adiós.
© Ruth Martínez Meráz
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