Dormiré asida de tu imagen
cobijada bajo la luna
abrazándome a las estrellas
para no dejar morir tus recuerdos
Viviré un sueño eterno
que ate tu rostro en mi memoria
existirá tu palabra incrustada
en mi corazón
Beberé el vino de tu sabiduría
forjaré mi existir en tus cimientos
guardaré silencio cuando tu voz escuche
pondré tu honra sobre un nicho
Y encenderé un cirio que aluce tu alma
vivirás eterna sobre un manto de rosas
y quedaré prendida del aroma que esparce
los rincones de tu casa
Más allá te encontraré
quieta y tranquila, feliz por alcanzar la luz
que jamás se apaga
y yo seré el ser que tu creaste a tu imagen
y semejanza
Habrá terminado entonces
tu obra perfecta…
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