encarnados hasta los tuétanos - sangran mis ojos –
el eco de tu voz se apacigua
palabras muertas al viento –en la hondonada-
Sol opaco desde tu ausencia
versos agridulces sobre mi lengua
lunas llenas sin un Octubre
marchitas las rosas en primavera.
a cuestas, sentimientos dilacerados,
dolor, furia, lapsos de alegría,
ahogo de mi ser entre risas y llantos.
Mis entrañas proscriben tus caricias
exudan el aroma de tu cuerpo que me quema,
mis dedos dibujan adioses en el aire
mi rostro no vira atrás a su pesar
- deseo ser una estatua de sal -.
Purgo mi alma del vacío que tu amor deja,
del mundo utópico por ti creado,
expío promesas omisas, frases huecas,
resarzo mi corazón quebrantado.
Veladas interminables
- mi soledad se halla enmudecida -
alivio tras oraciones que sanan a cuentagotas,
un silencio por testigo…
- un amor finito -
sin cabida en tu memoria.
Ruth Martínez Meráz ***
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