Caminaba presurosa bajo la lluvia, deseando no sentir aquel miedo que le embargaba cada que comenzaba una semana más trabajando en aquella casa, Petra no tenía opción, al menos así lo creía ella, jamás había asistido a la escuela, a sus 14 años, con lo único que podía contar era con ser empleada doméstica de la casa de la Familia Robles y Terán, un acomodada familia en México, Distrito Federal, el Fraccionamiento? Ni idea tenía cómo se llamaba, había sido llevada junto con otras jóvenes por gente de su pueblo Jaltipan, Veracruz, con la promesa de encontrar un buen ingreso económico para beneficio de sus respectivas familias –lo cual no era así -. Un grito la sacó de en ensimismamiento ¡Cuidado chamaca, caerás en la alcantarilla!, ¿no vez que no tiene tapa?, la señal del hombre fue lo que la hizo entender, pues para su mal, aún no entendía del todo el español, sí, ella hablaba más Náhuatl.
Al fin llegó, tocó el timbre y el jardinero se apresuró a abrir la reja, “llegas tarde muchacha, Dios se apiade de tí”, Don Nico tenía años trabajando para Don Alfredo Robles, el señor de la casa, Don Nico siempre trataba de hacerle la vida amena a Petra, compadeciéndose no sólo de su inexperta juventud, sino del maltrato que recibía por la patrona Doña Isabela, una dama madura con rastros de haber sido una belleza en sus buenos tiempos, pero con un corazón más amargo que la hiel, pensaba Don Nico, “por eso la riqueza no lo da todo” “siempre habrá algo que nos falte en la vida”, en fin ese era tema de sobremesa con sus amigos de cantina.
Petra ya portaba su uniforme, un poco viejo, pero limpio, una voz se hizo sonar: “Petra! Petra!, mocosa irresponsable! ¿Qué te falta para servirme el desayuno?
Quería que le salieran alas, pronta preparó la mesa del comedor principal y fue hacia su donde estaba Doña Isabela, con voz tímida, casi a susurro le dijo Petra: “ya está listo Siñora”- Isabela con un ademán de fastidio le recalcó: “Señora, se dice señora” “Eres tan tonta!” …por cierto no voy a tolerar que se te haga tarde cada lunes eh!, así comienzan todas!, da gracias a Dios que mi esposo se apiadó de ti, por mí no te hubiera dado el trabajo, porque eres una inútil chiquilla cochambruda!, mira tu piel, parece que estás hecha de ceniza, llevas un mes aquí ya te hubieras puesto a aprender más español, qué desesperación contigo! Deberás que estás bajada a tamborazos! Anda, lárgate! Lárgate a hacer tus quehaceres!
Petra no entendía completamente del todo, pero si sentía las ofensas y el maltrato en las acciones y palabras de Doña Isabela, pero qué hacer? A dónde ir?, llorar cada noche era su pan de cada día.
Era viernes por fin, miraba el montón de ropa para planchar, le había asegurado Doña Isabela que una vez que terminara dicha tarea, le pagaría su semana y se podría retirar; camisas, pantalones del señor Robles, blusas, faldas de Doña Isabela, lo bueno que los hijos vivían fuera, pareciera una pila interminable de ropa, de vez en cuando iba a la cocina a tomar agua, Prudencia la cocinera le invitaba a que se sentara un rato a descansar, acabo la patrona estaba dormida, no se daría cuenta, Petra con gesto amable le contestó: “Gracias señora Prudencia, pero no quiero que de repente me halle sentada la patrona, ya ve que de floja no me baja, aunque me mate todo el día haciendo quehacer y lo que se le ocurra”, volvió al cuarto de lavandería donde estaba planchando, los ojos se le desorbitaron, la plancha había caído sobre una camisa que dejara en el burro de planchar!, “!Qué no esté quemada por favor!”, para su desgracia, sus ruegos no ayudaron, aunado a ello, Doña Isabela iba entrando en el cuarto con su paga, “!Cómo es posible!, No sabes hacer nada bien, y sin decir más le plantó una, dos, tres cachetadas!” – Petra estaba aterrada – Los gritos hicieron eco en la casa, Prudencia, ignorando las consecuencias, intervino: ¡Basta señora, no la golpee! Es una niña! -al momento que trataba de sujetarle los brazos -; “Tú no te metas Prudencia! ¡Está india tiene qué entender cómo debe ganarse su paga y el pan de esta casa!”; discúlpeme patrona –agregó Prudencia- pero Petra es una persona, además casi niña, Dios sabe cuál o cuántos infortunios ha pasado para llegar hasta aquí….”No me vengas con sermones Prudencia!, no quieras poner en riesgo tu trabajo también”, Prudencia guardó silencio al momento, era fin de semana, ella también saldría, sólo que el lunes próximo llegaría tarde a la casa de la Familia Robles y Terán, Don Nico, como siempre desde temprano en el jardín, fue quien le abrió la reja, y le dijo: “Tú llegando tarde Prudencia?, te ha pasado algo?, si se entera la patrona se va a enfurecer contigo…”, Prudencia en breves palabras lo puso al tanto de lo sucedido con Petra el fin de semana anterior, y que se obligó a callar después ante Doña Isabela, “ pero sabes?, le puse acción a mi silencio, fui temprano al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) a poner una denuncia de los hechos, no me importa jugarme mi trabajo, pero ver un ser humano indefenso como Petra, debe de importarnos a todos, no es posible tolerar personas como nuestra patrona, y menos ver que se ensañen con menores, cualquiera que sea su origen, así que prepárate Nico “va arder Troya”…..Fin ***
Ruth Martínez Meráz ***
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