“…La puerta explota… casi nos encuentra separados
dirige la mirada a ambos su cara de león aterrado”
dirige la mirada a ambos su cara de león aterrado”
Mordí los labios
ahogué el afloro de insolencias
en el estrujo de tu piel
– contra la mía -
bajo las sábanas.
Sobrecogidos bajo el pecado
- enloquecidos de lujuria –
una salvaje presencia
- surgió de la nada –
rugidos exasperados en la alcoba.
Mordí los labios
traté no escupir
– los desdenes –
se nace perdedor
- yo siempre gano –
mi corsé negro
se tiñó de púrpura.
Ruth Martínez Meráz.***
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