29.7.11

El teléfono y yo...

          Hace tiempo viene pasando, ha surgido un idilio entre el teléfono y yo, espero que llegue la noche, como un ritual, pendiente al recostarme espero que timbre, mitigo el cansancio que pueda tener, sobrevivo a ello, con algún sorbo de café ya casi sin sabor por tanta recalentada, sin embargo, el teléfono sigue sin timbrar, caso curioso, le miro, reviso que se encuentre en buenas condiciones, que no se haya descargado, a veces la espera es inútil, y si me duermo?, y si timbra?, el sueño me atrapa y pierdo la noción del tiempo....despierto, a tientas, entre la oscuridad de la recámara, palpo el aparato tan negro como la falta de luz en mi aposento, "timbraría?" - me pregunto - busco mi reloj de pulsera siempre colocado junto a la almohada, tiro de la cortina para dejar pasar el alumbrar de la luna, o del patio trasero si es que acaso se ilumina por el sensor cuando pasa algún gato callejero....las 3:00 am?, cada vez, se vuelve esta situación un tanto repetitiva, tardo para conciliar el sueño nuevamente. No sé a qué hora volví a dormir, pero trato de levantarme lo más temprano posible, apurada, escojo de prisa la ropa que vestiré, sin ganas por la falta de sueño, cojo el teléfono, eso no se me olvida, es mi fiel acompañante desde hace tiempo, sigue sin timbrar....aplano la tecla con el dibujito pintado de verde, "tendrá línea?" si, todo está bien. Entro a la ducha, y oh no!!!!, escucho el sonido indiscutible que hace, inútilmente me apuro en salir, y tomarlo, se perdió la llamada. Salgo de casa pensando, quién está del otro lado de la línea... miro el sol que casi me ciega, pienso al ver el cielo en darle un saludo a Dios, y pedirle bendición para la gente que amo, que amaré siempre, que vive dentro de mí, sin evitarlo jamás. El día fluye...los quehaceres de cada vez, nuevas caras, nuevas ideas, personas con quienes tratar, diferencias de ánimos, todo marcha según surge, algo nuevo aprendo, la música de siempre, los murmullos alrededor, sólo pienso en regresar a casa, perderme escuchando música, esperar que timbre el teléfono, de pronto, alcanzo a contestar, no hay respuesta, solo pensamientos que se cruzan en el silencio, todo está bien imagino, me tranquilizo, trato de dormir, sin que mi mente descanse, no paro de soñar. Un sin fin de ideas comienzan a surgir, pienso todo lo que podría estar escribiendo en ese instante si me levantara y me sentara frente a la computadora como ahora, pero desisto, debo concretar tantas palabras....Amanece, mi reloj biológico me señala que casi son las 7 am, hora de alimentar el idilio entre el teléfono negro y yo... espero no se haya descargado.
Ruth Martínez Meráz ***

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