Un amigo me decía que los escritores, en particular los "poetas" somos dados a los lamentos, y era un tema por sí para rebatir sus argumentos; el hombre, en la necesidad de transmitir sus sentimientos, ha recurrido a esta forma del arte escrito, en aras de sacar de su interior, todo aquello que se reprime, y que, en su forma más humilde y humana, y tal vez, ante la necesidad de no poder comunicarse verbalmente, por su timidez, encuentra esta forma de expresión poética, la mejor manera para obviar sus pensamientos. Un escritor no siempre refiere sus creaciones para temas amorosos o románticos, si bien es cierto, el amor ágape, filial, fraterno, es relacionado con el poeta, sin embargo, también es esta herramienta (la recreación metafórica), un apoyo para comunicar lo que pensamos, sentimos, nos preocupa, no importando que con ello, se llegase a coartarnos la libertad y hasta la vida. Por qué no aprovechar este don entonces?, asirnos de él para lograr llevar al lector a la reflexión de la vida superflua de una sociedad que se contamina día con día, hacerle entender la perversión social de que somos objeto, pero además para resaltar los valores que aún prevalecen, la moral más allá de las normas sociales o éticas preestablecidas, concientizarnos del valor que representa cada individuo, explotar esa libertad que se nos concede políticamente en nuestro país, aunque si en el intento se nos violentara esta garantía, tener el aplomo para mantenerse firme a nuestros principios. Ser escritor, es más que escribir o recitar versos, o crear lo que cierta gente quiere leer o escuchar, tener el don de la palabra, es luchar con ella, hacerla nuestra, que prevalezca la fuerza del pensamiento, adherirse a los escritos de otros compañeros, confirmar que, nuestro pensamiento es libre, soberano, sin coerciones, y si en caso se nos presentara algún impedimento para hacerlo, sumarnos en el intento sin miedo a caer rendido, haciendo nuestras las palabras que rezan "la verdad os hará libres", no le demos el sentido religioso que conllevan, sino, lo que deben representar para toda persona por igual, plasmar la verdad de las palabras, sin restricciones, nos convierte en seres pensantes libres, con el poder absoluto con el que nacimos y del cual NADIE TIENE DERECHO a que se nos prive.
RMM ***
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