13.4.11

Heridas....

Pienso sobre las heridas, la complejidad sobre el ser humano (si, SER HUMANO, no me refiero a nuestra entidad como persona, sino al ser que vive dentro, llámese espíritu, alma, etc.), muchas veces hacemos, decimos, actuamos, somos conducidos por nuestros sentimientos, sin reparar en que, nuestra forma de ser, afecta a terceras personas, sin embargo, reflexiono sobre ello, y caigo en la conclusión de que, si a la verdad, actuamos de acuerdo a nuestra razón (mente) y emociones (corazón), estos actos no siempre serán para satisfacer las necesidades de otros, por lo que, muy a pesar mío (en lo personal), en lo que a mi toca, aunque quisiera no ver sufrir, ni alterar a las personas que amo, que estimo, o aprecio, no está en mi el poder evitar que pasen por situaciones que les alteren o lastimen, circunstancias que no se encuentran a mi alcance para evitarles un momento desagradable; en la sobremesa de cada día y cuando hay oportunidad, trato de transmitir ésto a quienes dependen de mí, de mi entorno familiar, como me dijo un amigo psicólogo, "Ruth, no puedes remediar las cosas que no están a tu alcance, no puedes vivir queriendo salvar el mundo, ni tienes que sacrificarte por él, haz lo que en tus manos puedas, pero no eres la mujer maravilla para solucionarlo todo", y creo que con ello se refería a que soy muy obstinada, compulsiva, y opto por querer llevar cargado los costales de otros, algo que hasta la fecha no logro dominar del todo. Pero, (va un pero, siempre hay uno en cada situación, creo) la mayoría de las veces lo olvido, así que los días de pláticas con mi amigo psicólogo, a veces parecen vanas (no precisamente que haya ido a terapia, o a lo mejor trató de dármela, en esas ocasiones que visitaba su consultorio, o coincidíamos en algún evento, aprovechando que su esposa es una de mis amigas); bueno, sigo con las heridas...una amiga me dice que nadie te hiere, que nadie te ofende, que son estereotipos sociales, normas de convivencia o conducta, que a lo largo de nuestra vida se nos han inculcado desde niños porque así es "la costumbre", se tomó la molestia de enviarme un correo que hablaba sobre ello, "bla, bla, bla", y me digo: entonces por qué diablos me siento fatal?, por qué a veces el más leve comentario, o una actitud de desapego dejo que me hiera?, o por qué me predispongo para hacer mi día casi una historia de tragedia griega, por no decir dantesca?, y vuelvo a coincidir en el mismo punto: mi humanidad, este ser del que formo parte, ser hombre o mujer, nada excluye que vivamos a lo largo de nuestras vidas experiencias que duelan, que dejen huella, y que relativamente "olvidemos" (mientras no haya alguna situación semejante que haga que esa herida creída cicatrizada, tienda a abrirse de nueva cuenta), en fin, creo que así somos los humanos, dotados de sentimientos, no buenos ni malos, porque no estamos encaminados a ser "malos" sino es la situación que se presente que esos instantes se crean positivos o negativos, dejando una experiencia más a nuestra existencia, que pasado el tiempo, tarde que temprano, algo se haya de aprender, apuesto que, si nos humanizáramos cada día, en la medida de lo posible, evitaríamos hacer sufrir a otros, comprenderíamos el daño que creemos recibir, asimilaríamos que el camino difícil es el más indicado para aprender, y no se ligue a la religiosidad, eso es punto y aparte, pensando en que viene la Semana Santa, para aquellos que profesan alguna fé, cualquiera que sea su ideología, y también para aquellos que se creen ateos, la espiritualidad no predispone una vida de sufrimiento, ni de martirio emocional ni físico, para mí, muy en lo personal, presupone un modo de vivir de acuerdo a lo que se piensa, a lo que se cree, sin caer en fanatismos ni en frivolidades, también en saber callar cuando puedan prejuzgarte, el tiempo es la cura para todo (eso dicen), evitar "hecharle más leña al fuego" cuando de verdad no vale la pena mortificarse por lo que en realidad no se es, vivir para perdonar, para aceptar nuestras debilidades, disfrutar de lo que se tiene, poco o mucho, deshielar los resentimientos y decir "adiós" en el momento oportuno, sabiendo que, esas marcas que se quedan son sólo para recordar la vulnerabilidad que nos cubre, que somos seres emocionales, y en la fortuna de ello es que ya es ganancia carecer de la indiferencia, con las que muchos viven, personas materializadas, inhumanas en nuestro contexto, que sólo ven por sí mismas, aunque en el fondo, la verdad este tipo de personas son individuos que sufren más, por no tener la tranquilidad en su interior; así que nos baste existir, enderezar nuestros pasos, ser personas de fe, con heridas o marcas tal vez, sanadas algunas aún frescas otras, y si alguna vez nos tienta la soledad o sintamos miserable la vida como para desear no vivir, no olvidemos que, siempre hay alguien en algún lugar que nos ama, nos admira, nos respeta, nos aprecia, nos acepta, y que nadie intencionalmente busca hacernos daño, somos nosotros los que decidimos cómo queremos afrontar la vida.
RMM ***

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