15.4.09


ULISES


Tarde descubro tu hermosura, evidente a mis ojos ciegos, siempre vestido de sol, con aromas de azahares, trinos de aves acentuando la armonía que me prodigas, tu voz perdida en mis adentros, murmullo taciturno de súplicas, demandando el roce de mis manos, con el pincel trazando la magia en el boceto de tu imagen perpetuada; loca de mí!, he desechado tus recintos henchidos de mosto, que incitan a mi ser en noches bohemias, donde rienda suelta mi corazón te derrochaba de versos apasionados, al deslizar caricias por tus colinas con mis labios, perdiéndome en el sabor exquisito de tu aliento; mi ídolo en mis arrebatos de poeta, desfavorecido por la soberbia en mi nacida, eclosión de amores, en sacrilegio de la pureza bien habida, contravenida por mi mal valorado proceder en mi desdén. Reivindicarme hoy deseo, empeñarme en resguardar tu horizonte, subsanar las heridas provocadas, no las que a simple vista se aprecian, sino aquellas que aun en mí, resquebrajan mi alma, secuela de mis actos hacen hoy mella, ni la más vehemente oración amerita tu indulgencia, tarde…si, tal vez muy tarde reparo en la perfección a la que me acogías, fiel prueba de mis emociones frenéticas vertidas en mi palabra escrita, siendo remanso donde sacio mi sed y el cómplice de mis desvelos, testigo mudo de mis perturbados sueños; el cenit de mi vida me alcanza, y evoco tu recuerdo, de las entrañas de mi sentido tu rostro añorado surge, y en el desequilibrio de mi razonamiento balbuceo tu nombre…Ulises.

Ruth Martínez Meráz.***

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