7.3.16

Irrealidades...


Sonó el despertador como cada día a las 5:25 a.m., tenía tanta flojera y demasiada pesadez en mis ojos, que a tientas apagué la alarma del celular, entre sueños escuchaba el corredero de mis hijas de un lado a otro, suponía yo, había ligeramente entreabierto los ojos y miré la luz del pasillo por debajo de la puerta, “cinco minutos más” me decía, “entre lo que se arreglan, me levanto, y si me hago la dormida para que mejor despierten a su hermano para que las lleve?”, continué con los ojos cerrados...creí dejar pasar unos diez minutos acaso, cuando decidí de un salto levantarme, apurada tomé mi sudadera roja con el logotipo de “Maderas Veracruz” que colgaba del respaldo de mi silla a un costado de la cama, cuando salí para llevar a su destino como cada mañana a mis hijas y comenzar mi día, !Sorpresa! las luces se hallaban apagadas, “se habrán ido ya?” pensé, tomé el celular para ver la hora y dirigirme a su recámara, mis hijas seguían dormidas, el celular marcaba las 4:30 a.m.

Fin.


©Ruth Martínez Meráz

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