4.1.20

Atrapado


“…No sé de dónde nacen los poemas…”
De padres a hijos.
Iván Onia Valero






Llevo la constante de un silbido
que emerge de tus dedos
se apilan las palabras entre tus manos,
guardan silencio.


Colapsan las líneas del teléfono
se bifurcan en cien mil conversaciones
- ninguna nuestra –
enmudece el alfabeto en tus labios,
suspiro por un beso tuyo
que desborde poesía.

Te eriges como un holograma
frente a la pantalla que refleja mi rostro
- sonríes –
te guardo en una taza de café,
escribes un verso.

Eres el genio de la lámpara
mi fiel esclavo en este encierro
te abates en el cosmos
sin encarnarte en la luna.

Timbra el celular
las diez menos quince
decides añadir otro evento a nuestra historia.


© Ruth Martínez Meráz

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