9.4.13

Su taza

Rellené su taza
con mi café,
conservaba su aliento
más cálido que el sol al amanecer,
me limité a saborear el momento.
         A ojos cerrados
volví a horas antes,
cuando sus labios me despertaron
con un susurro: "buenos días amor".

Ruth Martínez Meráz ***
   

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