13.1.09

ALIMENTO DEL ALMA


Alimento del alma….si, un libro lo es, un oasis en este desierto mundano de superficialidad, uno se crea el hábito de la lectura, yo creo que por convicción propia, puede uno promover la lectura entre los hijos u otras personas, pero es en realidad hasta que ellos quieran sumergirse entre las letras, o encuentren lecturas atractivas que los llenen podrán adoptar el hábito, en lo personal, comencé por leer cuentos cortos, creo como a los 7 años, mi primer libro (propio) lo tuve a los 12 años “El Principito” un clásico, durante la secundaria fantaseaba con “La Ileada” y “La Odisea”, soñaba con el “Ulises” del relato, imaginando sus tremendas batallas; creo que influyó mucho en mí que desde temprana edad cuando asistía a la escuela dominical en la iglesia bautista a la que acudíamos, ansiaba poder leer los relatos sobre “José el soñador”, “Moisés”, “Sansón” y algunos otros personajes por el estilo que nos relataban en las clases dominicales; pero además de la enseñanza que pueda proveernos un libro en forma ya sea sentimental, moral, educacional, etc., según el tema de que se trate, adquirimos un mejor vocabulario, se ejercita nuestra mente, la ortografía mejora, así como ayuda a tener una mejor interacción con nuestros semejantes a la hora de entablar algún tipo de conversación, además, es el mejor amigo en nuestra soledad, quien nos hace sonreír, estremecernos, soñar, reanimarnos, ver la vida de otro punto de vista al terminar la última página, en fin, ni duda cabe que un libro compensa y llena cada una de nuestras carencias e influye nuestra vida de alguna manera, no obstante, hay que tener precaución en cierto tipo de lecturas, aquellas inspiradas por sentimientos vanos o mal encausados, hoy en día no solo podemos encontrarlos en tiendas de supermercado o librerías especiales, sino en la Internet, sitios Web que sin cuidado alguno incitan a la lectura de textos oscuros, pornográficos, sádicos, morbosos, que solo distorsionan el concepto verdadero o el sentido real de nuestra existencia, por lo que debemos estar pendientes de los sitios que nuestros niños visitan en la red, y aún nosotros mismos, que por curiosidad podemos sucumbir a su cometido. Así que, integrémonos a la lectura, hay un sin fin de temas buenos y para todos los gustos, que podrán despertar en cada uno la necesidad de tener un libro cerca, esperando ser aplicado a nuestra vida, alimentando nuestra alma…..


Ruth Martínez Meráz*

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