Una sola mirada bastó, nunca llegué a imaginar que sería toda una aventura el conocerle, el tenerle a mi lado, lo contemplé una y otra vez, habría sido suficiente unos cuantos segundos para estrechar un lazo tan especial?, sus ojos castaños oscuros apenas si fijaban la vista en mí, "imagina lo que me provoca?" -pensé- se veía en cierta manera, vulnerable y tan fuerte a la vez, entero, resplandeciente como un sol en mañanas de verano quemando mi piel, y como una corriente de aire frío erizando cada partícula de mi ser - la endeble era yo-. Así surgió un vínculo inseparable, entre voces y silencios, ecos y mudanzas, tiempos y destiempos, un largo camino de sucesos a la par vividos desde aquella primera vez que nuestras miradas se confrontaron, obligándonos a unir nuestras vidas de aquel a este momento, cuando el destino se escribió para los dos, abrazando nuestra existencia para siempre.
Hoy los besos son recuerdos y las palabras se mutan en caricias que recorren tu rostro... encuentro de miradas sin mediar voces, reserva del desliz de sus manos sobre mi cuerpo.
II
Hoy en la cúspide de nuestros amores… éxtasis sin tacto labios sin humedad, brazos sin ímpetu, agolpamiento de sentimientos encarnados en lo recóndito del corazón hasta nuestro ocaso, vivencias de un amOR sempiterno. Ruth Martínez Meráz ***
Adoro las líneas de sus labios bordes de caricias donde se irrumpen mis besos, cuna de palabras donde brota su voz portadora expresiva - mi ser desfallece -. Debilidad que me aprisiona cuando escapa una sonrisa, hechizo perpetuo sello perenne de un amor infinito. Morada salada de saliva dulce, seno de pasiones que me estremecen en noches veraniegas.
La vida es nada cuando pierdes el encanto de la sencillez en un arrebato, cuando la arrogancia te alcanza y de la humildad no quedan rastros. La vida es nada cuando lo superfluo asoma y tu tesoro se cuenta en oros y de los sentimientos sinceros no quedan memorias.
La vida es nada cuando el egoísmo aflora, y en tu centralismo te concentras, del amor verdadero pisoteas la esencia. La vida es nada cuando niegas tu estirpe y menosprecias tu legado, de dos caras caminas sin decidir el camino a escoger. La vida es nada... cuando tu mediocridad te impida ser feliz, y la libertad se vuelva inalcanzable, a tus grilletes complejos aferrarte, antes que comenzar un nuevo vivir. La vida es nada... cuando dejas escapar un amor verdadero sin atreverte por él a sentir que vale la pena existir. Ruth Martínez Meráz ***