8.8.09


MADRESELVA

Atisbo de tu presencia en mis visiones nocturnas, donde la realidad no me alcanza, de tu olor a madreselvas cobrando vida, enredándose en mi piel, noches mágicas, perpetuidad de quien me subyuga, orondo, aferrado a mi existencia, te incrustas en mis más recónditos pensamientos; como olvidos… eructo memorias, desafiante te enraízas, aun cuando no floreces, y ponderosa tu debilidad se hace presente…. la sequía se acentúa, y el oasis tan ansiado no aparece; sigues circundándome, frágil, endeble; ¡Oh como quisiera no despertar! Continuar mi dormitar, instándote a tu lucha, verter mis aguas en tu saciedad, secundar tu insistencia en la propagación de tus sarmientos en mi ser, embriagarme de la fragancia de tus flores rosáceas, verlas crecer sin fin, más vuelvo a declinar…la aurora asoma, todo cambia, tu aroma se va extinguiendo al paso de las horas, y tu imagen se torna difusa, ajena a mi tacto, se lían mis sentidos, dónde se perdió el vínculo que nos unía? Dónde se dejó la razón de ser? Quisiera ser el abono que te haga germinar y crecer, hermosear tus pétalos, conjugar tus olores, beberme la miel de tu ser cual abeja, sin parar, el remanso que no te permita secar, depender de tu fruto para existir…más no es así; retorno en mi somnolencia nocturnal, tu rostro me aguarda, continua la lidia, perenne tu perseverancia, me asgo a ella, pretendo se porfíe la noche, sin asumir mi despertar.

Ruth Martínez Meráz***